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¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una afección ocular que afecta el nervio óptico, el cual es responsable de transmitir la información visual desde el ojo al cerebro. Esta afección a menudo está relacionada con una presión intraocular elevada, pero también puede ocurrir con presiones oculares normales. Existen varios tipos de glaucoma, siendo el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado los más comunes. A continuación, se proporciona información detallada sobre el glaucoma, incluyendo sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos.

¿Cuál es la principal causa del glaucoma?

El glaucoma se desarrolla cuando el nervio óptico se daña debido a un aumento de la presión intraocular. El ojo produce humor acuoso constantemente, y este fluido debe drenarse a través de un área llamada ángulo de drenaje para mantener una presión ocular estable. Cuando el ángulo de drenaje no funciona correctamente, el fluido se acumula, lo que aumenta la presión intraocular y daña el nervio óptico. El nervio óptico consta de más de un millón de fibras nerviosas pequeñas, y cuando estas fibras mueren, se desarrollan puntos ciegos en la visión. Este daño es irreversible y puede llevar a la ceguera si no se trata adecuadamente.

 

¿Cómo se contrae el glaucoma?

Existen dos tipos principales de glaucoma:

  1. Glaucoma crónico de ángulo abierto: Este es el tipo más común de glaucoma y se desarrolla gradualmente. En este caso, el ojo no drena el fluido adecuadamente, lo que resulta en un aumento lento de la presión intraocular. Este tipo de glaucoma no suele causar dolor ni cambios visuales notorios en sus etapas iniciales.
  2. Glaucoma de ángulo cerrado: En este tipo de glaucoma, el iris de una persona está muy cerca del ángulo de drenaje en el ojo. El iris puede bloquear el ángulo de drenaje, lo que aumenta rápidamente la presión intraocular. Este aumento súbito de la presión se conoce como un ataque agudo de glaucoma de ángulo cerrado y es una emergencia ocular que requiere tratamiento inmediato. Los síntomas incluyen visión borrosa repentina, dolor intenso en el ojo, náuseas y vómitos, entre otros.

 

Síntomas del glaucoma

Los síntomas del glaucoma varían según el tipo y la etapa de la afección. En general, el glaucoma de ángulo abierto y el de tensión normal no presentan signos de advertencia en las etapas iniciales. En cambio, el glaucoma de ángulo cerrado puede causar síntomas como visión borrosa repentina, dolor intenso en el ojo, náuseas, vómitos y halos de colores alrededor de las luces.

 

Quienes están en riesgo de desarrollar glaucoma son:

  1. Personas mayores de 40 años: El riesgo de glaucoma aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores.
  2. Aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad: Si tienes familiares con glaucoma, tu riesgo es mayor, ya que puede tener un componente genético.
  3. Pertenecientes a grupos étnicos específicos: Las poblaciones de ascendencia africana, latina o asiática tienen un mayor riesgo de desarrollar glaucoma.
  4. Personas con presión intraocular alta: Un aumento en la presión dentro del ojo es un factor de riesgo importante para el glaucoma.
  5. Personas con hipermetropía o miopía: Trastornos de la visión como la hipermetropía (visión de lejos borrosa) o la miopía (visión de cerca borrosa) pueden aumentar el riesgo de glaucoma.
  6. Individuos que han sufrido una lesión ocular: Lesiones o cirugías oculares anteriores pueden aumentar el riesgo de desarrollar glaucoma.
  7. Personas que han usado corticosteroides durante un tiempo prolongado: El uso crónico de ciertos medicamentos, como los corticosteroides, puede aumentar el riesgo de glaucoma.
  8. Aquellos con otras afecciones de salud: Condiciones médicas como la diabetes, migrañas, presión arterial alta o anemia de células falciformes también pueden aumentar el riesgo de glaucoma.

Es importante destacar que tener uno o varios de estos factores de riesgo no garantiza necesariamente el desarrollo de glaucoma, pero aumenta la probabilidad de que una persona pueda padecer esta enfermedad. Por esta razón, es crucial que las personas con factores de riesgo se sometan a exámenes oftalmológicos regulares para detectar y tratar el glaucoma en sus etapas iniciales, cuando es más tratable.

¿Cómo se diagnostica el glaucoma?

El diagnóstico del glaucoma se realiza a través de un examen ocular completo, que incluye la medición de la presión intraocular, la evaluación del ángulo de drenaje, la inspección del nervio óptico, pruebas de visión periférica y mediciones del espesor de la córnea. Es importante destacar que una simple medición de la presión ocular no es suficiente para diagnosticar el glaucoma de manera precisa.

 

Prevención del Glaucoma

Si bien el glaucoma no siempre se puede prevenir, existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad o detectarla en sus primeras etapas:

  1. Exámenes regulares: Las revisiones oculares periódicas con un oftalmólogo son esenciales, especialmente si tienes factores de riesgo.
  2. Estilo de vida saludable: Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y controlar afecciones médicas como la diabetes pueden reducir el riesgo.
  3. Evitar el tabaco: Dejar de fumar o no comenzar a fumar puede ayudar a proteger la salud ocular.
  4. Gafas de sol: Usar gafas de sol que bloqueen los rayos UV puede ayudar a proteger los ojos.

 

Tratamientos del glaucoma

El daño causado por el glaucoma es irreversible, pero se puede detener su progresión con medicamentos y cirugía. Los tratamientos comunes para el glaucoma incluyen:

  1. Medicamentos para el glaucoma: Por lo general, el glaucoma se controla con gotas para los ojos, que se utilizan diariamente y ayudan a reducir la presión intraocular. Estos medicamentos funcionan disminuyendo la producción de humor acuoso o facilitando su drenaje a través del ángulo de drenaje. Sin embargo, pueden tener efectos secundarios, y es importante seguir las indicaciones de su oftalmólogo.
  2. Cirugía con rayo láser: Existen dos tipos principales de cirugía con rayo láser para tratar el glaucoma: la trabeculoplastía y la iridotomía. La trabeculoplastía se utiliza para el glaucoma de ángulo abierto y mejora el funcionamiento del ángulo de drenaje, mientras que la iridotomía se emplea en el glaucoma de ángulo cerrado para crear un pequeño orificio en el iris y permitir el drenaje del humor acuoso.
  3. Cirugía en un quirófano: Algunas cirugías para el glaucoma se realizan en un quirófano y pueden incluir procedimientos como la trabeculectomía, que crea un nuevo canal de drenaje para reducir la presión intraocular, o la implantación de dispositivos de drenaje en el ojo para facilitar la salida del fluido.
  4. Cirugía de catarata: La extracción del cristalino del ojo mediante cirugía de catarata puede disminuir la presión intraocular en personas con ángulo estrecho, ya que esta afección puede bloquear el canal de drenaje del ojo.

 

Su rol en el tratamiento del glaucoma:

El tratamiento exitoso del glaucoma es un esfuerzo conjunto entre el paciente y su oftalmólogo. Es fundamental seguir las indicaciones del médico en cuanto al uso de medicamentos y asistir a las citas de seguimiento. Los exámenes oculares regulares son esenciales para detectar el glaucoma en sus etapas iniciales. También es importante comunicarse con su oftalmólogo si experimenta efectos secundarios de los medicamentos o tiene preguntas sobre su afección ocular.

El glaucoma es una enfermedad sigilosa que puede llevar a la pérdida de la visión si no se diagnostica y trata a tiempo. La concienciación y la atención oftalmológica regular son clave para preservar la salud visual y prevenir el avance del glaucoma. Si está en riesgo o nota cambios en su visión, no dude en consultar a un oftalmólogo.