
¿Cómo saber si mi problema de visión está en la córnea y no en el cristalino o la retina?
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julio 11, 2025En el Hospital Santa Lucía, cada día atendemos a pacientes que llegan con la misma inquietud: “Siento que ya no veo igual, aunque use lentes”. Otros nos dicen: “Me cuesta leer de cerca, pero de lejos no tengo problema”, o incluso lo contrario: “Veo perfecto lo que tengo enfrente, pero de lejos todo se ve borroso”.
Detrás de estas frases tan comunes está lo que conocemos como defectos de refracción, una de las principales causas de visión borrosa en el mundo. Y lo mejor de todo: se pueden diagnosticar y corregir con facilidad si se actúa a tiempo.
La refracción: cómo funciona la “cámara” de nuestros ojos
Antes de hablar de los defectos, conviene entender un poco cómo debería funcionar la visión en condiciones normales.
Imagine que su ojo es como una cámara fotográfica. La córnea (la parte transparente en la superficie del ojo) y el cristalino (la lente natural que tenemos dentro) son los responsables de enfocar la luz.
Cuando este enfoque ocurre de manera perfecta, la luz llega directamente a la retina, que es como la pantalla donde se forma la imagen. El resultado es una visión clara y nítida.
Un defecto de refracción ocurre cuando ese enfoque falla y la luz no llega bien a la retina: puede hacerlo por delante, por detrás o de manera irregular. Y ahí es cuando aparecen la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia.
Tipos de defectos de refracción
Miopía: dificultad para ver de lejos
En la miopía, el ojo es un poco más largo de lo normal o la córnea es más curva de lo que debería. Eso provoca que la luz se enfoque delante de la retina.
El resultado: los objetos cercanos se ven claros, pero los lejanos aparecen borrosos.
Ejemplo cotidiano: un paciente miope puede leer un libro sin problema, pero no logra distinguir el bus que viene a 50 metros.
Hipermetropía: dificultad para ver de cerca
En este caso, el ojo es más corto de lo normal o la córnea es más plana. La luz se enfoca detrás de la retina.
El resultado: los objetos lejanos pueden verse relativamente bien, pero los cercanos aparecen borrosos.
Ejemplo: un paciente hipermétrope puede ver un paisaje sin problemas, pero se le dificulta leer el menú de un restaurante sin entrecerrar los ojos.
Astigmatismo: visión distorsionada en cualquier distancia
En el astigmatismo, la córnea no tiene una forma perfectamente redonda, sino más parecida a un balón de rugby. Eso hace que la luz se disperse y se enfoque en varios puntos a la vez.
El resultado: la visión se percibe distorsionada o “doble”, tanto de lejos como de cerca.
Ejemplo: alguien con astigmatismo puede ver que las luces de los carros se “alargan” o que las letras parecen tener sombra.
Presbicia: la vista cansada de la edad
La presbicia no es un error en la forma del ojo, sino un cambio natural del cristalino con la edad. Al perder elasticidad, el ojo deja de poder enfocar bien de cerca.
Generalmente aparece después de los 40 años.
Ejemplo: alguien que siempre vio perfecto, de pronto nota que necesita alejar el celular para leer los mensajes.
¿Cómo afectan estos defectos en la vida diaria?
Vivir con un defecto de refracción no corregido puede parecer algo “normal” al inicio, pero trae consecuencias que impactan la calidad de vida:
- Fatiga ocular constante: esfuerzo al leer, trabajar en computadora o manejar de noche.
- Dolores de cabeza por forzar la vista.
- Disminución en el rendimiento académico o laboral: niños que se distraen en clases porque no ven la pizarra o adultos que cometen errores al leer documentos.
- Inseguridad al manejar o practicar deportes, al no distinguir objetos con claridad.
En nuestra experiencia, muchos pacientes pasan años creyendo que “así ven todos”, hasta que prueban la corrección adecuada y se sorprenden de lo que realmente es ver nítido.

Factores de riesgo para desarrollar defectos de refracción
Aunque cualquiera puede presentar un defecto refractivo, hay factores que aumentan la probabilidad:
- Antecedentes familiares: padres con miopía o astigmatismo suelen tener hijos con los mismos problemas.
- Exceso de trabajo visual cercano: lectura prolongada o uso de pantallas puede acelerar la aparición de miopía en jóvenes.
- Edad: la presbicia es prácticamente inevitable después de los 40.
- Enfermedades oculares y generales: algunos problemas, como el queratocono o la diabetes, influyen en la refracción.
Opciones de corrección
La parte positiva es que los defectos de refracción sí tienen solución.
Lentes de armazón
Son la forma más común y accesible de corregirlos. Permiten enfocar la luz de manera correcta y recuperar la nitidez.
Lentes de contacto
Una alternativa estética y práctica para quienes no desean usar armazón. Deben usarse con cuidado y bajo supervisión médica para evitar infecciones.
Cirugía refractiva láser
Es la opción más avanzada para quienes buscan una solución definitiva. Mediante un procedimiento con láser, se remodela la córnea para corregir el enfoque de la luz.
En el Hospital Santa Lucía contamos con tecnología de última generación y especialistas experimentados en cirugía refractiva láser, capaces de tratar miopía, hipermetropía y astigmatismo de forma segura y precisa.
Preguntas frecuentes de nuestros pacientes
¿Los defectos de refracción se pueden prevenir?
No siempre. Algunos, como la presbicia, forman parte natural del envejecimiento. Sin embargo, mantener hábitos saludables y revisiones periódicas ayuda a detectarlos temprano.
¿La cirugía láser es para todos?
No. Hay pacientes que no son candidatos inmediatos, ya sea por la edad, el grosor corneal o enfermedades previas. Por eso, la evaluación oftalmológica completa es fundamental.
¿Un niño puede tener un defecto de refracción?
Sí. De hecho, es muy común. Si un niño entrecierra los ojos para ver la pizarra, se acerca demasiado a la televisión o tiene bajo rendimiento escolar, podría necesitar lentes.
Un mensaje de nuestros especialistas
Los defectos de refracción no son una enfermedad grave, pero sí afectan la calidad de vida cuando no se corrigen.
La buena noticia es que hoy existen múltiples opciones, desde lentes hasta cirugía avanzada, que permiten disfrutar de una visión clara y cómoda.
En el Hospital Santa Lucía, nuestro compromiso es ayudarle a encontrar la mejor solución para su caso. Con un diagnóstico completo y una recomendación personalizada, puede dar el paso hacia una visión más nítida y segura.